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Proyecto de trabajo Revoluciones: Sobre la necesidad del cambio en México, comprendido y razonado desde el hogar


1. Cada mexicano, mujeres y hombres con uso de razón, debemos identificar desde la familia el daño que ha significado para varias generaciones el abuso del poder, la desatención del bienestar espiritual y la mala distribución de la riqueza.


Tenemos que identificar en el presente y en el pasado todo aquello que ha puesto en peligro nuestro bienestar social, político, económico, espiritual y humano. Pero no podemos asomarnos a la venta de los problemas nacionales sin tener bien presente lo que nosotros como ciudadanos en lo individual y dentro de nuestras familias hemos hecho mal. Existen dos tipos de condición de vida muy generales pero que resumen nuestra propuesta:

a) se puede vivir bien dentro del hogar, suplir todas las necesidades y ser feliz (entendiendo por felicidad la suma de la necesidad material suplida más la necesidad espiritual también suplida), pero carecer de un contexto social donde impere la equidad, la justicia y la libertad –tal es el caso de algunos mexicanos de hoy y de hace cientos de años, ellos viven bien, pero el país anda mal- y

b) se puede vivir mal dentro del hogar, sin tener suplidas las necesidades más básicas, siendo así víctimas de la pobreza y la miseria, dentro de un contexto social de injusticia, de desigualdad y de sometimiento.

Es entendible que aún aquellos potentados, que representan menos del 1% de la población total de México y que controlan más del 90% del dinero de nuestro país, no pueden vivir en plenitud al no contar con el bienestar espiritual que se daña en el momento de fijar toda su atención en la acumulación de bienes materiales por encima de la búsqueda del amor, la unidad y hacer el bien al prójimo. Puede que existan mexicanos con solvencia económica suficiente como para hasta mantener a tres o más generaciones de su familia, pero ¿qué mexicano hoy día puede presumir de sentirse en u país de libertades, de seguridad y de prosperidad? Ni siquiera los círculos religiosos pueden responder con exactitud a la cuestión formulado, porque incluso muchos de ellos generan e impulsan varios de los vicios que han enajenado a nuestra sociedad.

Por lo tanto se vuelve importante que desde nuestros hogares revisemos lo que ha venido sucediendo y afectando el desarrollo individual, el familiar y el nacional. De ser necesario tendremos que revisar la historia en dos niveles: la historia de nuestra familia y que malos vicios podrían estar sembrados por generaciones y que han hechado raíz en nuestros padres e hijos y a nivel nación, identificando la estructura simuladora que nos ha envuelto en el engaño y la mentira para hacernos pensar que estar de brazos cruzados es lo mejor que podemos hacer, cuando de verdad el destino no debemos dejar lo construyan otros sino construirlo nosotros mismos.

Para lo anterior Revoluciones invita a que los padres de familia promuevan valores morales y espirituales entre sus hijos y demás personas con las cuales comparten la casa donde habitan, reflexionen sobre su conducta como personas, entre ustedes mismos y hacia los demás ciudadanos de su comunidad. También ha de ser indispensable evaluar cual es el desempeño individual y colectivo en el trabajo, en la escuela y en casa, siendo así necesario invertir mayor tiempo en la sana convivencia entre familia y entre vecinos.

En lo personal es algo que he buscado y seguramente colaboradores de Revoluciones han hecho lo mismo: hemos buscado eliminar el dominio de la televisión en el hogar, quitándole del centro de nuestra sala y de nuestra vida, buscando invertir más tiempo en conversaciones con la familia y sanos debates, para ya no invertir tiempo en programación basura de las televisoras. Esto a la larga también puede ser una manifestación clara de boicot y castigo a las empresas que han lanzado desde la pantalla el veneno de la indiferencia, del racismo, de la intolerancia y de la inmoralidad; obviamente buscamos que sean miles y millones los hogares que cambien radicalmente su manera de vivir para que dicho acto tenga impacto en la misma economía de los dueños de televisoras y compañías que anuncian sus productos basura en los canales, eso es algo que les va a doler demasiado por eso le apuestan a que lo que venimos planteando no va a funcionar.

Puede ser suplida la televisión y otras distracciones superficiales en casa con lectura de libros, lectura de noticias emanadas de medios alternativos, practicar algún deporte como familia, conocer la ciudad, los museos y aprovechar la oferta cultural que aunque es limitada es la suficiente como para empezar a marcar la diferencia desde nuestros hogares. Es tiempo de volverle a dar a la familia el núcleo de la sociedad su valor e importancia, no podemos permitir que el sistema dominante desgaste a las familias levantando guerras dentro de casa para así ellos tener toda la libertad para seguirse robando nuestras riquezas y nuestras sonrisas. No hay nada mejor que tener un hogar donde la armonía y el respeto predomina, se puede vivir en medio de carencias materiales y batallar para tener dinero que sirva para comprar ciertos lujos, pero no se puede vivir en medio de la amargura y la división.

Revoluciones convoca a que reconstruyamos a México desde su base social: la familia.

De manera concreta Revoluciones se dará a la tarea de apoyar la reflexión histórica de los malos vicios que el sistema ha venido inyectando en nuestros hogares y en la sociedad en general para mantenernos alejados de una vida digna y justa. A partir del año 2008 en las primeras semanas se comenzará la publicación de videos de análisis a procesos históricos fundamentales de México así como también se abordará por escrito (de ser posible en video también) temas que tengan que ver con la problemática de las familias mexicanas. Repito, no podemos mirar los problemas nacionales como el del petróleo, la electricidad, la seguridad social y otros, sin darle también la importancia necesaria a la familia, de nada serviría conquistar el gobierno para el pueblo e impedir las privatizaciones, sino se cuenta con una base social firme y estable. La familia, la vida de padres e hijos es tema de seguridad nacional y que si sabemos conquistar ese terreno prácticamente haremos de nuestro movimiento de resistencia y de lucha contra el neoliberalismo todo un éxito.

Es común que líderes políticos, sociales y hasta de religiones descuiden sus hogares, sacrificando a esposas e hijos para luchar por sus ideales y los de otros. Nosotros consideramos que nuestra lucha por el país se debe caracterizar por ser una lucha no basada en las figuras individuales y en dado caso de tener líderes que estos nunca abandonen y descuiden a sus familias, que el testimonio suyo sea avalado y respaldado primordialmente por los de su casa, eso evitaría incluso a las personas de doble moral y falso testimonio.


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